- 9´639.442 personas reconocidas por la Unidad de Víctimas en Colombia, son las cifras entregadas oficialmente.
- “Los queremos vivos, libres y en paz” fue el clamor general de los Concejales y la comunidad.
- Las víctimas del crimen organizado y el narcotráfico deben ser reconocidas, no solo las del conflicto armado.
Medellín se ha constituido en una de las capitales de Colombia como principal receptora de víctimas, las cuales deben ser el centro de cualquier proyecto de paz, trascendiendo la atención a ellas por encima de ideologías y posiciones políticas que generen fracturas y conflictos que finalmente pueden producir más víctimas. Esta es una conversación alrededor de las víctimas, afirmaron los Corporados.
Acordaron que la verdad tiene que prevalecer para que no se repitan los más de 12 millones de hechos victimizantes investigados, de los cuales se han reconocido 9´639.442 víctimas, con un alto porcentaje en Antioquia; los duelos que generan estos hechos deben ser conocidos por la ciudadanía para gestionar y perdonar a través de la historia para la no repetición, y evitar que sigamos en una sociedad enferma y violenta, afirmaron los Concejales.
Según las estadísticas presentadas, el crimen organizado en Medellín dirige alrededor del 60% de la delincuencia organizada en otros departamentos, situación consecuentemente ligada al fenómeno del narcotráfico, el cual afecta los planes de atención y prevención de nuevos hechos, que pueden incrementar la cifra de 58.680 víctimas contabilizadas por la Secretaría de la No-violencia en del Distrito de Medellín.
Igualmente, Concejales y asistentes al recinto coincidieron en su preocupación por la revictimización y pidieron poner especial atención en quienes se delega la representación de las víctimas, ya que se están presentando casos en los que estas personas piden dinero a quienes buscan reparación y restitución de sus derechos vulnerados, para hacer gestiones ante estamentos judiciales y administrativos.
También, solicitaron articular esfuerzos con el gobierno departamental y nacional para que las políticas del Distrito sean efectivas y restablezcan los derechos y la dignidad de las víctimas con proyectos productivos y de vivienda, a través de entidades como la Sociedad de Activos Especiales, SAE; y disminuir el reclutamiento de menores a través de estrategias planteadas en el Plan de Desarrollo.
Es importante tener presentes las disposiciones de la JEP para impartir justicia a todos los actores que hayan violado los derechos humanos, en especial en aquellos actos que atenten contra el Derecho Internacional Humanitario y sean de lesa humanidad; de igual forma, reconocer otras víctimas, entre ellas, las resultantes de las confrontaciones entre barras de fútbol o las que se califican como delincuencia común, entre los que destacan el desplazamiento intraurbano y la desaparición forzada.
Por su parte, el secretario de la No-Violencia, Carlos Alberto Arcila, manifestó compromiso total con el dolor de las víctimas e informó que por orden del alcalde Federico Gutiérrez, se les debe brindar mayor cobertura espacial y temporal ya que los hechos victimizantes no tienen horario, y la atención a sucesos que atenten contra la vida, la sexualidad, generen desplazamientos y desapariciones, deben ser constantes.
Para el caso de desapariciones se ha determinado una estrategia comunicativa con la ciudadanía que permita identificar en tiempo real personas reportadas como desaparecidas, bien sea que aparezcan o no con vida, usando colores azul, verde y morado respectivamente para su fácil reconocimiento y difusión, agregó el funcionario.
En conclusión, Medellín tiene que avanzar en la no repetición de estas historias compartidas por las más de 20 representantes de las víctimas asistentes, quienes manifestaron el profundo trauma causado por la pérdida de seres queridos a través del asesinato, la desaparición y/o el reclutamiento forzado.
Recordaron que los desaparecidos no son simples cifras, por lo cual comparten sus historias para que, a través de acciones contundentes, nadie más pase por esta experiencia de perder un ser querido.