Boletín 143
En el apartamento 618 del edificio Cerezos en Calasanz, Paula Andrea Ramírez Valencia le habría inyectado biopolímeros en los glúteos a Johana Botero, la mujer de 33 años que días después del procedimiento falleció en la clínica Soma.
Paula Andrea Ramírez realizaba procedimientos invasivos en su vivienda, donde funcionarios de la Secretaría de Salud de Medellín encontraron certificados de seminarios y talleres en: Técnicas combinadas de tono y volumen para glúteos, Tonificación y levantamiento de glúteos, Lipólisis con regeneración de dermis; Inyectología, Fundamentos en enfermería, Depilación en frío, Avances cosmetológicos para el relleno natural antiage, factores de crecimiento en Mesoterapia, entre otros.
En la vivienda encontraron medicinas que deben tener manejo médico, jeringas desechables, entre otros instrumentos que Ramírez utilizaba para los procedimientos que realizaba de manera clandestina a los cuales, funcionarios de la Secretaría de Salud Municipal aplicó medida de congelación “es decir que ellos no pueden retirar los equipos, productos ni insumos que tienen ahí sin autorización, nosotros le tenemos que remitir a Fiscalía para que vea qué hacer con eso”, explicó la líder de Proyectos de la Secretaría de Salud, Luz Bibiana Gómez.
Gómez también aclaró que, por ser una vivienda, los funcionarios del ente de control no pueden clausurarla, pero sí pudieron detener la actividad que se hacía dentro de ella.
Johana Botero ingresó a la Clínica Soma el 19 de abril y murió el martes 24 del presente mes, sumando a la lista interminable de víctimas de malos procedimientos estéticos en manos de cosmetólogos y falsos cirujanos plásticos que por falta de vigilancia, regulación y control estatal continúan en aumento.
Redactó: Alberto Escobar, unidad de apoyo concejal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos.