Boletín 185
27 de noviembre de 2020
En sesión plenaria realizada ayer, se analizó la crisis institucional de Empresas Públicas de Medellín -EPM, al respecto, el concejal citante Daniel Duque, expresó que el modelo actual de gestión de la entidad afronta dificultades económicas que no son responsabilidad de esta Administración, sino que se deben a inversiones anteriores que generan preocupación respecto al futuro de la empresa.
De igual forma, aseguró que la renuncia de los 8 miembros de la Junta Directiva no es la causa de los males, es el resultado de un nuevo modelo de gestión que prefiere la opacidad a la transparencia.
Por otro lado, afirmó que es necesario un liderazgo que genere confianza en sus empleados, la ciudad, el país, el sistema financiero nacional e internacional y los tenedores de bonos; algo que se construye con respeto y transparencia. Añadió que, para recuperar la confianza perdida es necesario reconstruir el Gobierno Corporativo por medio de la conformación de una Junta Directiva con experiencia, rigor e independencia, y con conocimientos mínimos en el sector energético.
Concluyó que, hay ausencia de diálogos oficiales, francos y directos a través de los canales institucionales, al igual que opacidad en la toma de decisiones y un desmejoramiento de los perfiles requeridos para los cargos de dirección. Por ultimo, se refirió a que la demora del proyecto Hidroituango dependería de si siguen los mismos contratistas o cambian, lo que sin duda retrasaría la entrada parcial de las operaciones.
Por su parte, el corporado Simón Molina Gómez, segunda bancada citante, manifestó que le preocupa la ruptura de los Códigos de Gobierno Corporativo que son un mecanismo para generar confianza y una apuesta empresarial para la autorregulación.
Cuestionó el incumplimiento de promesas de campaña del alcalde Daniel Quintero, quien dijo que el próximo gerente de EPM debía salir de una selección de una firma cazatalentos, al igual que congelar las tarifas de servicios públicos en Medellín, y ninguna de las dos se ha realizado.
Es imprescindible que se respeten los Códigos de buen gobierno, recuperar la confianza, tener mecanismos claros y obligatorios para la elección de las juntas directivas, la actualización del objeto social, el fortalecimiento del Acuerdo Marco y una mesa de seguimiento desde el Concejo a los avances del proyecto, concluyó Molina Gómez.
En su intervención, el cabildante Carlos Zuluaga, tercera bancada citante, expresó que se debe respetar a los gobernantes y sus competencias y eso no quiere decir que como Concejo no se efectúe el control político adecuado. Agregó que es necesario trabajar incansablemente para lograr que las dos generadoras de Hidroituango empiecen a operar el primer trimestre de 2022.
Por último, reconoció el manejo que ha tenido la empresa con el Covid-19 y la articulación del alcalde Daniel Quintero con el presidente Iván Duque, que ha diferencia de otros alcaldes entendió que la vía es trabajar en alianza con el Gobierno Nacional.
Concejales que intervinieron, coincidieron en afirmar que existe una constante falencia de comunicación en la Administración actual, lo cual afecta las percepciones y, por ende, le hacen daño a la empresa.
Afirmaron tener un objetivo claro y es apoyar a EPM, aun con visiones diferentes frente a los manejos administrativos; asimismo, que el mejor camino es la continuidad de los contratistas por temas de retrasos de la obra. Está en juego la seguridad energética del país, millones de clientes y más de 14 mil familias de empleados de todo el Grupo EPM, concluyeron.
A su turno, Álvaro Rendón, gerente de EPM, habló de la normalidad en el campo de operaciones financieras, los proyectos técnicos en Colombia y en las filiales internacionales. Indicó que como equipo se ha hecho un esfuerzo para un ahorro operacional donde se pudieron aplazar inversiones no obligatorias y se planteó un plan de ajuste institucional para el 2020 que está entre los $250.000 a $280.000 millones de pesos.
Por otra parte, añadió que hay un saldo en caja disponible e inversiones en renta por $5.3 billones de pesos, y gastos de inversión por $6.7 billones de pesos. Resaltó que todas las operaciones financieras están normalizadas y que se está cumpliendo con las obligaciones como históricamente se han hecho, a tiempo, manteniendo la moralidad crediticia.
Dijo que, como gerente y abogado, entiende que muchos de los procesos de EPM, no solo pasan por la parte técnica, sino también por la línea jurídica y que la reconciliación es el mejor camino, puesto que es un mecanismo que entrega la ley para resolver diferencias, dialogar frente a frente y buscar la mejor solución para los implicados. Para terminar, enfatizó que con responsabilidad hay que seguir trabajando para fortalecer las líneas de Gobierno Corporativo porque son claves y determinantes para una empresa pública.
El vicepresidente de Proyectos de Generación de Energía, William Giraldo, expuso que Hidroituango se viene desarrollando a buen paso a pesar de las situaciones adversas; además, afirmó que hoy en día se cuenta con 5.920 personas trabajando en el lugar, de las cuales, desde julio, únicamente 40 han dado positivo para Covid-19, una muestra del gran avance las acciones tomadas frente a la pandemia y de la continuidad de las obras.
Agregó que, a medida que avanzan las obras en las unidades 1 y 2 donde van los primeros generadores, se han encontrado socavaciones que no se esperaban y aunque no son de gran magnitud, se deben estabilizar y esta acción requiere tiempo. Respecto a la segunda etapa, se trabaja en forma eficiente, a pesar de que hay riesgos porque no se han podido estabilizar algunas galerías.
La vocera de la veeduría Todos por Medellín, Piedad Restrepo, comentó que un factor de riesgo para Hidroituango y es el vencimiento del contrato con el consorcio constructor que finaliza el 31 de diciembre del 2020, debido a que hay que mantener el proceso de construcción y cumplir el cronograma en la entrega de la obra para que comience a generar energía entre finales de 2021 e inicios de 2022. Explicó que, si no hay continuidad, se perdería la confianza de los prestamistas de EPM y se pondría en riesgo la sostenibilidad de la empresa, lo que llevaría a una afectación del flujo de caja, sin dejar a un lado el riesgo en la provisión energética de Colombia.
Miembros de la comunidad celebraron la llegada de EPM al caribe colombiano con la nueva filial Afinia. Coincidieron en defender lo público y por lo tanto las acciones correctas para hacerlo. Recordaron la necesidad de respetar los derechos de los trabajadores y las organizaciones sindicales y pidieron seguir alertas, continuar con las reclamaciones, corregir las irregularidades presentadas en las anteriores juntas directivas y recuperar la solidez de EPM.
